EL RETO
Nuestro cliente, uno de los principales fabricantes europeos de gases licuados del aire, tiene dos plantas de producción y envasado en España. Una de las principales preocupaciones en este tipo de procesos afecta a la seguridad de las instalaciones, que están sujetas a estrictos controles y protocolos.
En aplicación de los protocolos habituales de seguridad, el cliente detectó que muchos de los manifolds utilizados en la red de distribución de gases estaban cerca de finalizar su vida útil y podían suponer un riesgo en caso de sobrepresiones inesperadas, golpes de ariete o cargas dinámicas transitorias. A raíz de ello decidió consultar con Mecesa para sustituir el sistema actual por manifolds adaptados a la instalación que garantizasen una operativa segura, además de incrementar su durabilidad y eficiencia.
LA SOLUCIÓN
Evaluando las necesidades de nuestro cliente, reconocimos el tipo de manifold que necesitaba para reducir los riesgos y mejorar los procesos. Mecesa propuso la instalación de manifolds de 420-430 bar de la serie MC. Estos equipos regulan presiones de hasta 430 bar, y aguantan temperaturas de hasta 350º. En concreto, se instalaron varios manifolds de una vía y dos válvulas, una de línea con entrada y salida 1/2″NPT y otra de descarga con salida hembra 1/4″NPT. Son piezas básicas y muy estandarizadas que ayudan a la regulación y control de fluidos de manera natural.
Estos manifolds realizaban las mismas funciones básicas pero técnicamente superaban las características de los antiguos, ya que los reguladores de Mecesa ofrecen alto rendimiento, eficacia, seguridad y son más pequeños, con lo que la instalación gana en espacio y maniobrabilidad.
LOS RESULTADOS
El cambio de los manifolds mejoró la operativa de los procesos gasísticos del cliente, reforzando la seguridad de las instalaciones y optimizando la respuesta frente a posibles riesgos de sobrepresión. Además, los nuevos manifolds ofrecían beneficios adicionales que mejoran la maniobrabilidad y el manejo de los equipos:
- Conexión rápida y fácil al instrumento.
- Garantía de estanqueidad.
- Reducción del espacio.
- Fuerte anclaje de los componentes.
- Bajo coste de mantenimiento.
